No podés jactarte de conocer Rusia sin caminar por la grandilocuente “Peter”, como la llaman ellos.
Conocida como la ciudad imperial, en ella quedó impregnada la opulencia de los tiempos de zares, a pesar de los esfuerzos soviéticos por aplastarla en 1917.
Escenario de la revolución bolchevique, hoy es la ciudad más europeizada de Rusia. Sin duda es la ventana rusa a Occidente. Su Río Neva que divide la ciudad y sus innumerables canales nos remiten a Venecia o Ámsterdam, pero esta joya está a orillas del Báltico.
Noches blancas
Entre mayo y junio se da la experiencia más maravillosa cuando el sol no llega a ponerse del todo y las noches son de un increíble gris blanquecino. Sus terrazas siguen de fiesta toda la noche, los festivales alegran las calles y la ciudad se enciende para celebrar el fin de un invierno que parece no tener fin. Es el momento en el que viajan más turistas y los hoteles explotan pero no dudes ni un instante en vivirlo.
¿SABÍAS QUÉ? San Petersburgo fue la capital rusa entre 1713 y 1918.
Peterhof, la “casita” de verano del zar
Durante el verano el zar Pedro I El Grande se iba a veranear a Peterhof, este espectacular Palacio conocido como el “Versalles ruso” que es sin duda una visita obligada. Ver semejante opulencia te da una idea de cómo sería la vida del zar de Rusia en esos lujosos palacios, del derroche y el lujo en el que vivían.
A 29 km de la ciudad, en la orilla del golfo de Finlandia, te sumergís en su estilo barroco, sus espectaculares jardines y la enorme cantidad de fuentes de agua y sus juegos. Para muchos es el palacio más impactante del mundo.
¿SABÍAS QUÉ? En 1703 Pedro El Grande mandó a construir este proyecto urbanístico inspirado en los mejores estilos europeos y los canales de Venecia y Ámsterdam.
El metro, museo bajo tierra
Si Moscú se precia de tener estaciones de metro que son en sí mismas museos, “Peter” también tiene las suyas. El sueño de Lenin de que el metro fuera el palacio del pueblo y el proletariado se cumplió.
Cúpulas, ventanillas neoclásicas de venta de billetes, fastuosas lámparas que cuelgan sobre las vías, y las columnas forradas en cristal de bohemia, tallado e incrustado en oro y plata son sólo algunos ejemplos.
¿SABÍAS QUÉ? Tiene el metro más profundo del mundo con hasta 110 metros bajo tierra
Hermitage, categoría internacional
Así como tenían su casa de veraneo, los zares vivían en invierno en San Petersburgo en el ahora Museo Hermitage, la extravagancia de la Rusia zarista.
Si dudas que los más de 50 palacios de San Petersburgo son una de las atracciones principales de la ciudad por ser testigos del estilo de vida de los zares pero uno de los más recomendamos es este: El Heritage o Palacio de Invierno. Subir por la fastuosa escalera del Jordán es sentirse Catalina La Grande durante unos minutos.
Con más de 3 millones de obras de arte, la colección va desde momias egipcias a pinturas de Rembrandt, Da Vinci y Picasso, sencillamente impresionante.
¿SABÍAS QUÉ? La ciudad se llamó Leningrado desde 1924 hasta 1991
Avenida Nevsky, protagonista absoluta
Es la gran arteria comercial de la ciudad con casi 5 km de largo desde el Almirantazgo hasta el monasterio de Alexander Nevsky. Hace más de 300 años que se erige como el escenario del fluir de la historia y la cultura. Conviven tiendas, teatros, palacios barrocos, iglesias, cafés y librerías que reúnen la elegancia pero también la bohemia hípster de la ciudad en una misma avenida.
¿SABÍAS QUÉ? San Petersburgo tiene más de 342 puentes
Catedral de San Isaac
Es la iglesia más suntuosa y grandiosa de la ciudad. Usaron más de 40 minerales diferentes y en su cúpula 100 kilos de oro.
Elevada sobre las mansiones y palacios de estilo italiano, merece la pena ascender los 262 escalones para gozar de una maravillosa vista desde lo alto y ver con detalle los vericuetos de esta ciudad planificada a la perfección.
¿SABÍAS QUÉ? Es Patrimonio de la Humanidad desde 1990
Vibras modernas: anti-cafés
Existe una nueva “Peter” que se muestra más joven, renovada con sus modernos almacenes, anti-cafés, barrios de moda y nuevos espacios para el arte que rompen con la tradición imperial.
Los anti-cafés son el último grito de la moda, una especie de lugar de estar o espacios recreativos y ocio donde no pagás por lo que consumís sino sólo por los minutos que estás allí.
¿SABÍAS QUÉ? Cinco millones de personas viven en esta ciudad, la segunda más poblada de Rusia
Comments