No podés jactarte de conocer Rusia sin caminar por la grandilocuente “Piter”, como la llaman ellos.
Conocida como la ciudad imperial, en ella quedó impregnada la opulencia de los tiempos de zares, a pesar de los esfuerzos soviéticos por aplastarla en 1917.
Escenario de la revolución bolchevique, hoy es la ciudad más europeizada de Rusia. Sin duda es la ventana rusa a Occidente. Su Río Neva que divide la ciudad y sus innumerables canales nos remiten a Venecia o Ámsterdam, pero esta joya está a orillas del Báltico.
San Petersburgo es una ciudad perfecta para caminar, entre museos impresionantes, palacios extravagantes , avenidas inmensas, teatros de primera, fortalezas y catedrales de colores.
¿QUÉ HACER?
1. Palacio de Invierno: aquí está ubicado el Museo Hermitage, uno del os más improntas del mundo. Con más de 3 millones de obras de arte, la colección va desde momias egipcias a pinturas de Rembrandt, Da Vinci y Picasso, sencillamente impresionante.
2. Peterhof: la “casita” de verano del zar Pedro I El Grande es un espectacular palacio conocido como el “Versalles ruso”, sin duda una visita obligada. Ver semejante opulencia te da una idea de cómo sería la vida del zar de Rusia en esos lujosos palacios, del derroche y el lujo en el que vivían.
3. Metro: es un verdadero museo bajo tierra. El sueño de Lenin de que el metro fuera el palacio del pueblo se cumplió. Cúpulas, ventanillas neoclásicas de venta de billetes, fastuosas lámparas que cuelgan sobre las vías, y las columnas forradas en cristal de bohemia, tallado e incrustado en oro y plata.
4. Avenida Nevsky: es la protagonista absoluta al ser la gran gran arteria comercial de la ciudad con casi 5 km de largo desde el Almirantazgo hasta el monasterio de Alexander Nevsky. Conviven tiendas, teatros, palacios barrocos, iglesias, cafés y librerías, la elegancia pero también la bohemia hípster de la ciudad.
5. Catedral de San Isaac: con una cúpula de 100 kilos de oro, es la iglesia más suntuosa de la ciudad. Elevada sobre mansiones y palacios de estilo italiano, merece la pena subir sus 262 escalones y ver la vista. Puede albergar a unas 14.000 personas.
6. Iglesia sobre Sangre Derramada: parece dibujado y coloreado para un cuento infantil. Construido para conmemorar la muerte del zar Alejandro II, quien fue atacado en este lugar por un grupo terrorista en 1881.
7. Ballet en el Mariinsky: ¿hay algo más ruso que ver un ballet en este famoso teatro. Conocido anteriormente como el Kirov, donde bailaron estrellas soviéticas como Nureyev y Baryshnikov, la del Mariinsky es, actualmente, una de las compañías de danza más importantes del mundo.
8. Tomar un ‘banya’: una inmersión cultural en San Petersburgo no es completa sin un baño de vapor para desintoxicarse completamente, relajarse y charlar con los lugareños, para quienes es un rito sagrado.
9. Noches blancas: en verano en San Petersburgo los días literalmente nunca terminan Hasta altas horas de la “noche”, se puede encontrar gente disfrutando las magníficas calles y la vida nocturna, en lo que parece ser casi plena luz del día.
10. Patinar: el invierno en San Petersburgo posee un encanto mágico. Hay pistas de hielo por toda la ciudad durante los meses fríos, incluso sobre el río Neva.
¿QUÉ COMER?
La verdad es que la cocina rusa no tiene el renombre internacional que tienen otras cocinas, pero sí es cierto que Rusia tiene una larga y rica historia culinaria, con muchas influencias de la cocina de otras regiones rusas, de ex repúblicas soviéticas o de la cocina francesa.
No dejes de visitar justo en la Nevsky Prospekt la tienda de alimentos Kupetz Eliseev, la más lujosa de la ciudad.
Platos típicos recomendados:
Schi: preparada en una cazuela de barro, esta sopa es el plato típico estrella de la cocina de San Petersburgo. La col es su ingrediente principal y a veces lleva otras verduras o incluso puede añadírsele carne.
Kulebiaka: este pastel típico ruso va relleno de salmón, arroz, huevos duros, champiñones o cebolla. Tiene un aspecto de pan brioche y es una receta que ha sido copiada por altos cocineros para experimentar con nuevos sabores alrededor del mundo.
Varenky: estas pequeñas empanadas son un plato típico ruso que se puede comer como desayuno, almuerzo o postre. Su relleno puede ser de queso, puré de papas, carne, huevos duros o incluso fruta.
Blinis: son un alimento básico para los rusos, conocidos como los “pancakes rusos”, estas finas tortitas dulces, se rellenan con mermelada, crema, frutas u otros rellenos salados.
Pyshki: también llamadas “donas rusas”, las pyshki son uno de los dulces preferidos de los rusos y un imperdible para cualquier turista. Se venden prácticamente por toda la ciudad ¡y son súper baratas!.
TIP DE AMIGO: los anti-cafés son el último grito de la moda, son lugares de ocio donde no pagas por lo que consumís sino sólo por los minutos que estás allí.
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