Hay destinos que tienen esa capacidad especial para enamorar, mover tus estructuras y abrir tu cabeza como nunca antes. Fascinante como pocas Marruecos es la puerta de entrada a África que te encandilará con sus leyendas, mercados y sabores.
MARRAKECH: MEDITERRÁNEA, ÁRABE E IMPERIAL
Marrakech, posiblemente la más visitada de Marruecos, es una ciudad imperial que con sus mezquitas, mercadillos, cúpulas y medidas te hará sentir la protagonista de las Mil y una noches.
El olor, el color y el sabor de esta ciudad son las claves para vivir el destino al 100%. Es un lugar absolutamente sensorial, observá sus costumbres, respirá sus fragancias y probá su gastronomía. Cada experiencia te llevará a desnudar un poco más su cultura árabe.
Caótica y con un urbanismo totalmente distinto a todo lo que conocemos, rompe todos los estereotipos lineales y ordenados que tenemos.
Ya desde el aire Marrakech te obliga a mirarla. Es una amalgama de edificios rosados y anaranjadas salpicados por miles de lunares blancos situados en sus terrazas.
También conocida por los poetas árabes como la "Perla del Sur" o "La Ciudad Roja" su nombre significa en bereber la "Tierra de Dios”.
Esta es una de las cuatro ciudades imperiales, tiene mil años de historia y un sinfín de Monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Algunos programas que no podés dejar de hacer:
Perdete en la Plaza de Jemaa El-Fna, el corazón de Marrakech
Marruecos es el país de los mercados y Marrakech alberga el más grande en la plaza de Djemaa el Fna o la gran Plaza. Es uno de los íconos de la ciudad donde se dan cita turistas, encantadores de serpientes, curanderos vendedores ambulantes, acróbatas y donde de noche se convierte en una gran vidriera de comida, cocinada en vivo iluminada tan solo por la luz de miles de bombillas de los puestos e inundada por los olores de la comida típica marroquí. No te pierdas esta experiencia de sabor y tradición!
La esencia está en las medinas, esos laberintos fortificados
Las medinas son el centro histórico de la ciudad o la ciudad fortificada original protegida por murallas. Son las partes más antiguas de las ciudades árabes donde confluyen una maraña de calles, callejuelas y callejones que hacen de estas un verdadero laberinto por eso conviene recorrerlas durante la luz del día. La medina de Marrakech fue fundada por los almorávides en 1070 y es Patrimonio de la Unesco desde 1985.
¿Dónde dormir?
¿Me alojo dentro o fuera de la medina? el ideal es en el corazón de la vieja Marrakech, ese caótico laberinto de callejuelas donde los riads son los auténticos protagonistas. Estos antiguos palacios y pequeñas residencias privadas que se organizan alrededor de un gran patio central son encantadores ya que fusionan el arte de vivir a la oriental con el confort occidental. Los hay para todos los gustos y bolsillos!
Sumergite en los zocos, la cuna del regateo
Babuchas, juegos de té, bandejas de cobre, especias, caftanes, bolsos, tapices, dátiles, aceitunas… Sumergirte en los zocos que se extienden al norte de la Plaza Yamaa el-Fna es toda una experiencia que probablemente termine en alguna compra que otra. Pero más allá de las inevitables tentaciones, el gran poder de seducción de estos mercados es la atmósfera que en ellos se respira. Siempre en movimiento, siempre cambiantes, siempre sorprendentes. Demuestran un verdadero arte del comercio.
Viví la experiencia del Hamman o Spa Árabe
Típicos de la cultura árabe, los Hammam son baños tradicionales que antiguamente eran reservados para las clases altas pero que hoy no distinguen clase social ya que todo buen marroquí especialmente las mujeres practica el arte del hamman regularmente. Depuración, eliminación de toxinas, relajación son los beneficios obvios de un ritual milenario que se remonta a los baños romanos. Es donde las amigas se cuentan sus confidencias y donde Marrakech ha sabido reinventar una tradición popular en un refinado ritual de belleza y relajación. No dejes de probarlo!
Disfrutá de los Jardines de Majorelle, una obra de arte
Uno de los lugares más curiosos para visitar en Marrakech es el jardín de Majorelle. El pintor francés Jacques Majorelle - hijo de un importante ebanista y diseñador de Art Nouveau – se exilió, en 1919, a Marrakech para intentar curar sus problemas de salud. Se compró una pequeña finca justo a las afueras del palmeral y se enamoró de la ciudad. Al poco de mudarse, confesaba que ya no podría vivir sin sus ruidos, olores, sabores y la alegría y hospitalidad de sus gentes. Amante de las plantas, Majorelle creó su propio jardín botánico en los dominios de su finca.
El jardín, que cuenta con una gran cantidad de especies exóticas traídas de sus viajes por el mundo, es una obra de arte. Cactus, nenúfares, buganvillas, palmeras, cocoteros, bananeros… Un descanso refrescante para no perderse.
Pasear en camello por el palmeral de Marrakech
Si nunca has montado a lomos de un camello –dos jorobas– o un dromedario –una joroba–, hacerlo recorriendo el palmeral de la ciudad deberá figurar en tu lista de cosas que hacer en Marrakech. Durante la dinastía almorávide, más de 100.000 palmeras fueron plantadas en un árido terreno de unas 13.000 hectáreas, siendo regadas, durante siglos, por una red de tuberías subterráneas que data del siglo XII. Hoy en día afloraron jardines, residencias y hoteles de lujo, pero dada su vasta extensión, puedes recorrerlo, sin molestar a nadie, a lomos de tu dromedario.
La Madrasa Alí Ben Youssef, riqueza arquitectónica
Quienes no hayan visitado aún un país musulmán tal vez no sepan exactamente qué es una madrasa o medersa. Una madrasa es una escuela musulmana de estudios superiores, donde los estudiantes suelen especializarse en temas religiosos y vivir dentro de sus límites durante su formación. La gran Madrasa Ben Youssef de Marrakech es la más grande de Marruecos y fue levantada para servir a los estudiantes de la mezquita cercana que lleva el mismo nombre.
El patio central impresiona con una grandilocuente lámpara de hierro, por los arcos mozárabes y muros decorados con ricos azulejos.
Alrededor de este patio se encuentran las 130 celdas que permitieron alojar hasta 900 estudiantes a la vez. La austeridad de las celdas se contrapone a la riqueza del patio y de las salas de la madrasa.
La escuela funcionó durante siglos, hasta 1960 que cerró sus puertas. Después de décadas de olvido y decadencia hasta que en 1982 volvió a abrir sus puertas al público para que se conociera este magnífico e histórico edificio
Mezquita de la Kutubía, el techo de Marrakech
La ausencia de edificios altos en la medina, ciudad vieja de Marrakech, hace que el imponente minarete anaranjado de la Mezquita de Kutubía se destaque como pocos. Con sus 70 metros de altura, esta es la más antigua y completa de las tres grandes torres almohades.
Supo ser una de las mayores del mundo islámico cuando finalizó su construcción en 1158.
Su nombre significa “mezquita de los libreros”, se debe a los puestos de libros que la rodeaban en sus primeros tiempos.
Consejo: al igual que en el resto de las mezquitas de la ciudad, la entrada está prohibida a los no musulmanes pero nada impide recorrerla por afuera y tomarle fotos.
Tumbas Saadíes
Aquí están los mausoleos de la dinastía saudí en plena medina de Marrakech. Fueron abiertos al público en 1917 año en que fueron descubiertas. En los jardines hay más de 100 tumbas de los sirvientes y guerreros de la dinastía. Desde entonces han estado abiertas al público tal y como se encontraron.
Palacio de la Bahia
Cerca de las tumbas Saadíes se encuentra el palacio Bahia, uno de los más bonitos de Marrakech. La entrada cuesta 10 Dirhams (al igual que las tumbas Saadíes y el palacio Badi). El palacio fue construido a finales del s.XIX por el gran visir Ahmed Ben Moussa. Del palacio se pueden apreciar sus bonitas estancias, la decoración de los techos y los patios. Desafortunadamente, sus estancias se encuentran vacías ya que cuando el visir murió sus familiares y el sultán se llevaron todo lo que había en ellas excepto la coraza del palacio.
Palacio Badi
El palacio Badi está en ruinas. Es una explanada enorme, a pleno sol, por la que puedes pasear e imaginarte como fue en sus tiempos el palacio. Creemos que también vale la pena porque impresiona el pasear por un lugar tan grande. Además, desde su torre, podéis obtener una de las mejores vistas de la ciudad. El palacio data del s.XVI y es donde los monarcas saadíes realizaban sus celebraciones.
La gastronomía marroquí, un capítulo aparte
Dicen que una de las mejores formas de impregnarse de la cultura de un país es a través de su cocina.
¿Sabías que la gastronomía marroquí forman parte del Patrimonio Inmaterial de la Unesco?
Es imposible visitar Marrakech sin probar y saborear su exquisita tradición culinaria que conquista enseguida a cualquier paladar.
Más allá del couscous o el tajine, dos de los buques insignias de la gastronomía marroquí, al visitar Marruecos podés encontrar un sinfín de platos tradicionales, populares e incluso refinados, realizados con productos locales.
Los jugos de fruta recién exprimidos son también un clásico que se puede probar en los puestos de la Plaza Jemaa el Fna, sin olvidarnos de la exquisita repostería, donde las frutas naturales y los dulces de miel y almendras son auténticos reyes.
Pinchos morunos, tajines, harira, couscous, aceitunas, briouates, sopas de vegetales, verduras y frutas, jugos naturales, pasteles, kefta , sin duda hay una cantidad de platos para degustar.
Lo bueno de Marrakech es que hay opciones para todos los bolsillos. Desde los baratos y pintorescos puestos ambulantes, pasando por pizzerías, hasta llegar a restaurantes de alta gastronomía.
Hacé un taller de cocina marroquí:
Una buena idea si te gusta cocinar es probar un taller de cocina. Primero te llevarán a comprar los ingredientes en el zoco beréber. Pollo, ternera, verduras y una coloridas especias te llamarán la atención entre el caos de los puestos de venta.
Después llegará el momento de cocinar. Expertos chefs te mostrarán cómo hacer ensaladas marroquíes, harira, couscous, tajines de pollo y ternera, pastela y tangia. Una experiencia realmente divertida y apta para todo tipo de viajeros.
¿Dónde comer?
Las opciones son muchas: en plena calle, en una terraza con vista a la medina, en ambientes íntimos rodeados de lujo marroquí y al son de la danza del vientre las opciones son muchas.
Terrazas con vista privilegiada
El Café des Épices es perfecto para un alto en el camino, toma run té o una picada a base de sopas, sandwiches y ensaladas. Su terraza es ideal para disfrutar del trajinar de los vendedores ambulantes, viendo cómo las mujeres preparan la henna de los tatuajes o perdiendo la mirada en la particular arquitectura.
Le Grand Balcon du Café Glacier y su gran terraza panorámica es el mejor refugio para descubrir cómo la Plaza Yamaa el-Fna va mutando su rostro a lo largo del día. Es ideal para pedirse un té y ver la vida pasar desde las alturas como un discreto espectador.
Marruecos es un verdadero espectáculo visual, gastronómico, cultural y emocional!
INFO ÚTIL
Transporte: Marrakech es una ciudad que básicamente se recorre a pie porque los principales puntos de interés están en la medina donde está prácticamente prohibida la circulación de coches. De todos modos para llegar a los lugares más alejados como el Jardín Majorelle o los jardines de la Menara, los taxis son una opción útil.
Taxis: son de color beige, se llaman petits taxi y llevan taxímetro. Si el taxímetro estuviera estropeado te conviene pactar con el conductor el precio del trayecto.
Idioma: el oficial llamado árabe marroquí. per al ser un destino turístico podrás comunicarte en francés, inglés y en español sin problema.
Acá te dejamos algunas expresiones que te pueden servir:
Hola: Ahalan . Adiós: Ma’a ssalama.
Sí: Naam. No: Lá. De acuerdo: Muwáfiq.
Por favor: Min fadlik. Gracias: Shukran. Perdón: Ismahlí.
¿Cuánto cuesta? Kam/Chhal. No entiendo: Lá afhham.
Me llamo: Smiy-ti. ¿Dónde está…? Feen kayn…?
Cerveza: Birra. Vino: Khamr. Pescado: Hut. Pollo: Farooj. Carne: Lehem. Ternera: Baqree. Sopa: Shorba.
Moneda: es el dirham (MAD) que se divide en 100 céntimos
Descubrí este destino en nuestra salida de Semana Santa:
https://www.jorgemartinez.com.uy/detalle-del-paquete-turistico-semana-santa-marruecos-en-privado/10872
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