Hay destinos que tienen esa capacidad especial para enamorar, mover tus estructuras y abrir tu cabeza como nunca antes. Fascinante como pocas, Marruecos es la puerta de entrada a África que te encandilará con sus leyendas, mercados y sabores.
Esta ciudad imperial con sus mezquitas, mercadillos, cúpulas y medinas te hará sentir el protagonista de las Mil y Una Noches.
En sus olores, colores y sabores está la clave para vivir el destino al 100%. Es un lugar absolutamente sensorial, observá sus costumbres, respirá sus fragancias y probá su gastronomía. Cada experiencia te llevará a desnudar un poco más su cultura árabe.
¿QUÉ HACER?
1. Plaza de Jemaa El-Fna: Marruecos es el país de los mercados y Marrakech alberga el más grande en la plaza de Djemaa el Fna o la gran Plaza. Es uno de los íconos de la ciudad donde se dan cita turistas, encantadores de serpientes, curanderos, vendedores y acróbatas.
2. Medinas: la esencia de su cultura está en estos laberintos fortificados. Las medinas son las partes más antiguas de las ciudades árabes donde confluyen una maraña de calles, callejuelas y callejones que hacen de estas un verdadero laberinto La medina de Marrakech fue fundada por los almorávides en 1070 y es Patrimonio de la Unesco desde 1985.
3. Sumergite en los zocos: son la cuna del regateo, es toda una expíe riencia que probablemente termine en alguna compra que otra, pero su gran poder de seducción es la atmósfera que en ellos se respira.
4. Spa árabe: típicos de la cultura árabe, los hamman son baños tradicionales que antiguamente eran reservados para las clases altas pero que hoy no distinguen clase social ya que todo buen marroquí practica el arte del hamman regularmente. No dejes de probarlo!
5. Jardines de Majorelle: una verdadera obra de arte, el pintor francés Jacques Majorelle, quien se exilió en 1919 a Marrakech se compró una pequeña finca y se enamoró de la ciudad. Amante de las plantas, Majorelle creó su propio jardín botánico en los dominios de su finca.
6. Palmeral de Marrakech: durante la dinastía almorávide, más de 100.000 palmeras fueron plantadas en un árido terreno de unas 13.000 hectáreas, siendo regadas, durante siglos, por una red de tuberías subterráneas que data del siglo XII.
7. La Madrasa Alí Ben Youssef: la gran Madrasa Ben Youssef de Marrakech es la más grande de Marruecos y fue levantada para servir a los estudiantes de la mezquita cercana que lleva el mismo nombre.
8. Mezquita de la Kutubía: es el techo de Marrakech porque al no haber edificios altos en la medina, el imponente minarete anaranjado se destaca como pocos.
9. Tumbas Saadíes: aquí están los mausoleos de la dinastía saudí en plena medina de Marrakech. Abiertos al público en 1917, año en que fueron descubiertas. En los jardines hay más de 100 tumbas de los sirvientes y guerreros de la dinastía. Desde entonces han estado abiertas al público tal y como se encontraron.
10. Palacio de la Bahia: cerca de las tumbas saadíes se encuentra el palacio Bahia, uno de los más bonitos de Marrakech. El palacio fue construido a finales del s.XIX por el gran visir Ahmed Ben Moussa.
¿QUÉ COMER?
La gastronomía marroquí es un capítulo aparte. Dicen que una de las mejores formas de impregnarse de la cultura de un país es a través de su cocina. Bueno la marroquí es Patrimonio Inmaterial de la Unesco.
Más allá del couscous o el tajine, dos de los buques insignias de la gastronomía marroquí, podés encontrar un sinfín de platos tradicionales, populares e incluso refinados, realizados con productos locales.
Los jugos de fruta recién exprimidos son también un clásico que se puede probar en los puestos de la Plaza Jemaa el Fna, sin olvidarnos de la exquisita repostería, donde las frutas naturales y los dulces de miel y almendras son auténticos reyes.
Platos típicos:
- Tajines marroquíes: guisos tradicionales llevan su propia mezcla de especias, cuyo aroma se percibe nada más levantar la tapa de la cazuela.
- Pan Khubz: su corteza en forma plana es ideal para mojar en los guisos, caldos y salsas.
- Sopa Harira: es una gloriosa sopa que suele llevar lentejas, tomates, y, a veces se le agrega algo de carne.
- Couscous: es uno de los platos nacionales de Marruecos. A base sémola seca, se enrolla a mano y se salpica con agua para formar granos pequeños, que después se hierven para convertirse en couscous.
- Maakouda: es ideal para probar en los puestos callejeros, es una bola de papa frita o buñuelo que se toma como aperitivo o en un sándwich. Se sirve con una salsa para darle un toque de sabor. También están los kebabs de carne y sardinas a la plancha.
TIP DE AMIGO: una buena idea si te gusta cocinar es hacer un taller de cocina marroquí. Primero te llevarán a comprar los ingredientes en el zoco beréber. Pollo, ternera, verduras y una coloridas especias te llamarán la atención entre el caos de los puestos de venta.
Después llegará el momento de cocinar. Es una experiencia realmente divertida y apta para todo tipo de viajeros!
Viajamos Juntos!
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