Nunca mejor definida, Río es sin duda alguna una Cidade Maravilhosa. Es uno de esos destinos que aunque vayas mil veces no te aburre nunca. Siempre alegre y festiva te sorprende con algo nuevo, te cautiva con su belleza natural, su agua, sus morros y sobre todo la energía de su gente que le da el ingrediente mágico a todo.
En Semana Santa cuando ya pasó la época de Carnaval en que se desborda de turistas y todo es un poco caótico, Río está toda para vos: El Cristo, El Maracaná, El Pao de Azucar, Copacabana son los lugares típicos recomendados por cualquier guía. Nosotros queremos que hagas el circuito menos conocido. Por eso te damos tips de insiders, esos datos jugosos que van a hacer que a tu estadía le saques el mayor jugo, y sin desembolsar un real.
Lugares ocultos sin gastar plata
Descubrir playas ocultas en plena ciudad, bares llenos de historia, un barrio colonial quedado en el tiempo, una roca gigante escondida entre dos playas para ver en primera fila el atardecer.
1. Prainha, un paraíso de playa en plena ciudad
El típico turista llega a Río y baja a las concurridas playas de Copacabana, Ipanema o Leblon pero nunca llega a este rincón idílico y oculto de la gran ciudad. Este paraíso de surfistas parece inhóspito pero en realidad es de muy fácil acceso. Pocos turistas saben de su existencia. Tranquila, exótica, rodeada de colinas verdes, muy limpia y simplemente bella es esta “pequeña playa” como lo indica su nombre en portugués. Es difícil encontrar aquí vendedores ambulantes así que llevá todo lo necesario.
2. Santa Teresa, el barrio hippie y artista
Conocido también como la “Montmartre carioca”, este es el barrio de los artistas porque muchos viven aquí. Sus calles empedradas, su bondinho (o el último tren eléctrico de Brasil), su estilo colonial y ambiente bohemio son los porqués tenés que visitar Santa Teresa. No podés dejar de probar la feijoada y otros platos típicos brasileños en alguno de los pintorescos restaurancitos. Vas a respirar historia, cultura y parte de la esencia de Rio.
3. Oda al Sol en Arpoador
Entre Copacabana e Ipanema, en la zona sur de Rio, hay un micromundo. La Pedra de Arpoador se convierte en el escenario perfecto para presenciar un momento único: una de las mejores vista del atardecer en Río. La energía que sentís en este lugar es distinta, la gente busca su hueco entre las rocas para disfrutar del espectáculo del Sol. Cuando por fin desaparece aplauden. Una buena idea es acompañar este momento con una cerveza bien helada.
4. O bosque urbano mais grande do mundo
Pocas ciudades pueden presumir de esto. Floresta Tijuca es una verdadera jungla en medio de un paisaje montañoso que oficia de pulmón verde. Dentro del parque se puede pasear entre senderos, grutas y cascadas que recuerdan el paisaje intacto antes de que creciera la gran ciudad. Refugiarse en la paz de una selva tropical estando a pocos minutos de una bulliciosa ciudad es un privilegio. Con sus 4.000 hectáreas es el bosque urbano más grande del mundo.
5. Botecos, imperdibles bares patrimoniales
Cuando visitamos una ciudad estamos ansiosos por conocer sus monumentos, sus museos pero en Río una forma distinta de conocerla es a través de sus botecos o bares tradicionales, lugares con varias décadas de existencia reconocidos como patrimonio de la ciudad y que encarnan el verdadero espíritu carioca.
4 imperdibles:
- Jobi en Leblón: ambiente bohemio, para matar el hambre después de la playa
- Bar Urca: no dejes de probar aquí las empanadas de camarón con una cerveza helada a los pies del Pan de Azúcar
- Braseiro da Gávea: en una de las esquinas más movidas del barrio de Gávea, la mejor picanha a las brasas
- Bar Astor: bodegón moderno y alegre, para ir con amigos en el corazón de Ipanema, recomendamos el risotto picante de camarones.
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